Te esperé
como la cabeza de un león
colgada en la pared de tus ausencias
sin chistar.
Creí ver tu acercamiento
el suspenso negro de tus garras
sombra siniestra de la esperanza
de que me mires mirarte mirar.
Tus perfumes, despiadados
masticaban mis caprichos
de poeta de acordes bemoles
que no sabían dar el salto
a tu agujero embriagador.
Te fuiste antes de llegar
fantasma violencia veneno
Te esperé y ya no te espero
yo te quise ver abrazarme
yo te vi querer abrazarme
hálito del mal.
Ya te lo dije, pero te repito que el segundo verso me causa sensaciones lindas.
ResponderEliminarTe dejo un regalito, una oración preciosa de Mujica Láinez:
"Eso sí, es una realidad bella y dolorosa, y lo demás son sueños."