Decirte que el viento guarda cambios.
Que los cambios escupen niños,
pibes o chicos, como quieras llamarlos.
Quiero decirte que me oigas decir
que nuestros globos no deben sólo remontar
ni deben ascender: nuestros globos deben volar.
Que las agujas rebotan en la carne
del que sabe tejer leyendas
pero más aún del que sabe regalarlas.
¡Tantas vueltas para socorrer a quien corresponda!
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